2017.
Barbie es "atípica", dicen los teóricos. Esos que viven del otro lado de las palabras. Las funciones las mantuvo mas tiempo que la mayoría. Excepciones a las estadísticas. Palabras, términos, diagnósticos. Bla, bla blás... La realidad, es otra. Para mí es una criatura de otro planeta, con un cuerpo frágil, comprometido, que no concuerda con el alma y el corazón de un ser noble y encantador. El tiempo inclemente, la corroe, la estropea, la imposibilita. La convierte en un cuerpito de trapo, con sonrisa. La miro y creo ver una mantis religiosa, frágil, con sus manitas juntas, como clamando al cielo, una justicia pronta, para un cuerpo imposible.
Todo conspira. Su columna vertebral viola las reglas, su función renal, sus dientes inútiles, su estómago apasionado, lo heredó de mí. Pierde peso y se pierde, mi chiquita, de tantas experiencias allí afuera. Se ha vuelto un manojito de huesos, un garabato felíz. Mi niña se deteriora mientras respira y me busca con sus ojos.
El sistema es un agravante mayor, vivimos en Venezuela. Luego de este punto, no necesito aclarar mucho más... el clamor por la ayuda, se hace inminente, justo, urgente.
La vida de ambas, se ha vuelto una peregrinación hacia un "mientras tanto", como si no mereciéramos nada más... De todo esto, lo bueno es que ella no se entera, o no quiere que sepa que le importa, pues a pesar de cada hora eterna, ella no deja de sonreír.
